Encuentra el tipo de yoga que te encaja
Existen muchos estilos de yoga, desde los más suaves hasta los más dinámicos. Si eres principiante, te recomiendo empezar con Hatha Yoga o Yin Yoga, que son más pausados y fáciles de seguir.
Si prefieres algo más activo, puedes probar Vinyasa Yoga, donde los movimientos fluyen con la respiración. Lo importante es elegir el que mejor se adapte a ti.

No necesitas mucho material
Para empezar, solo necesitas ropa cómoda y una esterilla antideslizante. Si no tienes una, puedes practicar en una superficie estable hasta que consigas la tuya.
También puedes usar cojines o bloques para facilitar algunas posturas, pero no son imprescindibles al principio.
Aprende a respirar correctamente
La respiración es clave en el yoga. Intenta practicar respiración diafragmática, inhalando y exhalando de manera profunda y consciente. Esto te ayudará a relajarte y conectar mejor con cada postura.
Un ejercicio sencillo es inhalar en 4 tiempos, retener el aire y exhalar en 4 tiempos. Prueba hacerlo unos minutos antes de empezar tu práctica.


Empieza con posturas básicas
No intentes hacer posturas avanzadas desde el primer día. Comienza con posturas sencillas como:
- Postura del niño (Balasana): Para relajar la espalda y conectar con la respiración.
- Postura del gato-vaca (Marjaryasana-Bitilasana): Ideal para calentar la columna.
- Postura del perro boca abajo (Adho Mukha Svanasana): Estira todo el cuerpo y fortalece brazos y piernas.
Dedica unos minutos a cada postura, sin forzar y escuchando tu cuerpo.
Sé constante, pero sin presionarte
El yoga es un proceso. No te preocupes si al principio te cuesta mantener las posturas o concentrarte. Lo importante es ser constante, aunque sea 10 minutos al día.
Con el tiempo notarás más flexibilidad, fuerza y calma mental. Lo más importante es disfrutar el camino, sin exigencias ni comparaciones.